Introducción
Dogma es una verdad revelada por Dios, y, como tal, directamente propuesta por la Iglesia a nuestra fe.
La revelación, fuente del dogma, da a conocer la enseñanza divina en su propio concepto: tal es la primacía de Pedro y de sus discípulos y como consecuencia la infalibilidad pontificia.
Para que una verdad revelada sea un dogma es necesario que este propuesta directamente a nuestra fe por una definición solemne de la Iglesia o por la enseñanza de su magisterio ordinario.
En el Evangelio se subraya varias veces la naturaleza de la fe. Está descrita como una adhesión a la enseñanza divina anunciada por Cristo o predicada en su nombre y con su autoridad por los apóstoles. En el evangelio de San Marcos lo encontramos:
"Después les dijo: "Id por el mundo y predicad la buena nueva a toda la creación. El que crea y se bautice se salvará; el que no crea, será condenado." (Mc. 16, 15-16).
"La fe es garantía de lo que se espera; la prueba de las realidades que no se ven. Por ella fueron alabados nuestros mayores." (Heb. 11, 1-2).
Desde el siglo I al IV, esta doctrina se manifiesta por la insistencia con la cual los Santos Padres afirman la obligación de creer íntegramente en la doctrina enseñada por Jesucristo a los apóstoles.
Para que la enseñanza divina contenida en las Sagradas Escrituras sea un dogma son necesarias dos condiciones:
1. El sentido debe estar suficientemente manifestado
2. Esta doctrina debe estar propuesta por la Iglesia como revelada. Cuando el texto de las escrituras está definido por la Iglesia como conteniendo un dogma revelado, cuyo sentido preciso determina, es un deber estricto para los exegetas católicos aceptarlo.
La revelación hecha por Jesucristo y anunciada a los apóstoles tiene su carácter definitivo e inmutable; la doctrina de San Pablo muestra bien este carácter.
Dogmas sobre la Santísima Virgen
1.- La Inmaculada Concepción:
El Papa Pío IX, en la Bula Ineffabilis Deus, del 8 de Diciembre de l854 definió solemnemente el dogma de la Inmaculada Concepción de María.
"Declaramos, pronunciamos y definimos que la doctrina que sostiene que la Santísima Virgen María, en el primer instante de su concepción, fue por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente en previsión de los méritos de Cristo Jesús, Salvador del genero humano, preservada inmune de toda mancha de culpa original, ha sido revelada por Dios, por tanto, debe ser firme y constantemente creída por todos los fieles".- (Dz. 1641)
a) María desde el primer instante que es constituida como persona en el seno de su madre, lo es sin mancha alguna de pecado, (pecado original).
b) Cómo fue concebida sin pecado:
1.- Ausencia de toda mancha de pecado.
2.- Llena de la gracia santificante.
3.- Ausencia de la inclinación al mal.
c) Este privilegio y don gratuito le fue concedido sólo a la Virgen y a nadie más, en atención a que había sido predestinada para ser la Madre de Dios.
e) En previsión de los méritos de Cristo porque a María la Redención se le aplicó antes de la muerte del Señor.
Génesis 3, 15 "Establezco enemistad..."
Lucas 1, 28 "Dios te salve, llena de gracia."
Lucas 1, 42 "Bendita tú entre las mujeres..."
2.- María Madre de Dios:
El Concilio de Efeso, del año 431, siendo Papa San Clementino I (422-432) definió solemnemente que:
"Si alguno no confesare que el Emmanuel (Cristo) es verdaderamente Dios, y que por tanto, la Santísima Virgen es Madre de Dios, porque parió según la carne al Verbo de Dios hecho carne, sea anatema." Dz. 113.
Muchos Concilios repitieron y confirmaron esta doctrina:
Concilio de Calcedonia Dz. 148
Concilio II de Constantinopla Dz. 218, 256.
Concilio III de Constantinopla Dz. 290.
María genera a Cristo según la naturaleza humana, pero quien de Ella nace, es decir, el sujeto nacido, no es una naturaleza humana, sino el supuesto divino que la sustenta, o sea, el Verbo.
De ahí que el Hijo de María es propiamente el Verbo que subsiste en la naturaleza humana, María es verdadera Madre de Dios, puesto que el Verbo es Dios.
Cristo: VERDADERO DIOS VERDADERO HOMBRE
"He aquí que una Virgen concebirá..." (Isaías 7, 14)
"He aquí que concebirás..." (Luc. 1, 31).
"Lo que nacerá de Ti será..." (Luc. 1, 35).
"Envió Dios a su Hijo nacido..." (Gal. 4, 4).
"Cristo, que es Dios..." (Rom. 9, 5).
3.- La Asunción de María
El Papa Pío XII, en la Bula Munificenlissimus Deus, del 1º de Noviembre de 1950, proclamó solemnemente el dogma de la Asunción de María al cielo:
"Pronunciamos, declaramos y definimos ser dogma divinamente revelado que la Inmaculada Madre de Dios, siempre Virgen María, cumpliendo el curso de su vida terrena, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celeste". Dz. 2333.
La Virgen María fue asunta al cielo inmediatamente que acabó su vida terrena, su cuerpo no sufre ninguna corrupción; como sucederá con todos los hombres que resucitarán hasta el final de los tiempos, pasando por la descomposición.
Lo esencial del dogma es: que la Virgen fue llevada al cielo en cuerpo y alma, con todas las cualidades y dotes propias del alma de los bienaventurados e igualmente con todas las cualidades propias de los cuerpos gloriosos.
Se entiende bien todo al recordar:
1) María fue exenta de pecado original y actual.
2) Tuvo la plenitud de la gracia.
Fundamentos de este dogma:
Desde los primeros siglos fue un sentir unánime de la fe del pueblo de Dios, de los cristianos.
Los santos Padres y Doctores manifestaron su fe en esta verdad:
San Juan Damasceno s. VII: "Convenía que aquella que en el parto había conservado íntegra su virginidad, conservara sin ninguna corrupción su cuerpo, después de la muerte."
San Germán de Constantinopla s. VII : "Así como un hijo busca estar con la propia madre, y la madre ansia vivir con el hijo, así fue justo también que Tú, que amabas con un corazón materno a tu Hijo, Dios, volvieses a El.
- El fundamento de este dogma se desprende y es consecuencia de los anteriores.
Dogmas sobre Dios
1.- La existencia de Dios
1.- Posibilidad de conocer a Dios con la SOLA LUZ DE LA RAZON NATURAL.
El concilio Vaticano (1869-1870) bajo Pío IX (1846-1870) declaró:
"Si alguno dijere que Dios vivo y verdadero, creador y Señor nuestro, no puede ser conocido con certeza por la luz natural de la razón humana por medio de las cosas que han sido hechas, sea anatema." Dz.1806
"La misma Santa Madre Iglesia sostiene y enseña que Dios, principio y fin de todas las cosas, puede ser conocido con certeza por la luz natural de la razón humana partiendo de las cosas creadas." cf. Dz. 1785.
El Concilio presenta los siguientes elementos:
a) El objeto de nuestro conocimiento es Dios uno y verdadero, Creador y Señor nuestro; es por tanto un Dios distinto del mundo y personal.
b) El principio subjetivo del conocimiento es la razón natural en estado de naturaleza caída.
c) Medios del conocimiento son las cosas creadas.
d) Ese conocimiento es de por sí un conocimiento cierto.
e) Y, es posible, aunque no constituya el único camino para llegar a conocer a Dios.
Pruebas de la Escritura:
a) "Pues de la grandeza y hermosura de las creaturas, por razonamiento se llega a conocer al Creador de estas." Sap.13,1-9,15.
b) "Porque desde la creación del mundo, lo invisible de Dios, su eterno poder y su divinidad son conocidos mediante las creaturas, de manera que ellos son inexcusables." Rom. 1, 20.
La idea de Dios no es innata en nosotros pero sí tenemos la capacidad para conocerle con facilidad, y en cierto modo espontáneamente, por medio de sus obras.
2.- La existencia de Dios como objeto de fe
La existencia de Dios no sólo es objeto del conocimiento de la razón natural, sino también objeto de la fe sobrenatural.
Concilio Vaticano 1869-1870, bajo Pío IX 1846-1878
24 Abril 1870.
"La Santa Iglesia católica, apostólica y romana cree y confiesa que existe un sólo Dios verdadero." Dz. 1782.
Este mismo concilio condena por herética la negación de la existencia de Dios. Dz. 1801.
"Si alguno negase que sólo Dios es verdadero creador y señor de las cosas visibles e invisibles, sea anatema."
Pruebas de la Escritura:
La fe en la escritura de Dios es condición indispensable para salvarse:
"Sin la fe es imposible agradar a Dios; pues es preciso que quien se acerque a Dios crea que existe y que es remunerador de los que le buscan." (Hebreos 11,6).
La revelación sobrenatural en la existencia de Dios, confirma el conocimiento natural de Dios, hace que todos puedan conocer la existencia de Dios con facilidad.
No hay contradicción en que una misma persona pueda tener al mismo tiempo ciencia y fe de la existencia de Dios, ya que en ambos casos diverso el objeto formal: evidencia natural - revelación divina.
Al primero llegamos por la razón natural y al segundo por la razón iluminada por la fe.
3.- La Unicidad de Dios
No hay más que un solo Dios.
Concilio IV de Letrán 1215, bajo Inocencio III 1198-1216.
"Firmemente creemos y simplemente confesamos que UNO SOLO es Dios." Dz. 428.
La Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana cree y confiesa que hay un solo Dios verdadero y vivo." Dz. 1782.
Pruebas de las Escrituras:
"Oye, Israel, Yahvé es nuestro Dios, solo Yahvé." (Dt. 6,4)
"Sabemos que el ídolo no es nada en el mundo y que no hay más Dios que uno solo." (1 Cor. 8,4).
Act. 14, 14; 17,23; Rm. 3,39; Ef. 4,6; 1 Tim. 1, 17; 2, 5.
Los santos padres prueba la unicidad de Dios por su perfección absoluta y por la unidad del orden del mundo.
Dice Tertuliano: "El Ser Supremo y más excelente tiene que existir El sólo y no tener igual a El, porque si no, cesaría de ser Ser Supremo. y como Dios es el Ser Supremo, con razón dijo nuestra verdad cristiana: Si Dios no es uno solo, no hay ninguno."
Santo Tomás deduce especulativamente la unicidad de Dios de su simplicidad de la infinitud de sus perfecciones y de la unidad del universo. S. Th. I 11.3.
La historia comparada de las religiones nos enseña que la evolución religiosa de la humanidad no pasó del politeísmo al monoteísmo, sino al contrario: del monoteísmo al politeísmo.
Rom. 1. 18.
Se oponen a este dogma básico del cristianismo el politeísmo de los paganos y el dualismo gnostico-maniqueo que suponía la existencia de dos principios increados y eternos.
4.- Dios es eterno
El concilio IV de Letrán y el concilio Vaticano asignan a Dios el predicado de eterno.
"Firmemente creemos y simplemente confesamos, que uno solo es el verdadero Dios, eterno...") Dz. 428.
"La santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana cree y confiesa que hay un solo Dios, verdadero, vivo, eterno, inmenso, incomprensible, infinito en su entendimiento y voluntad y en toda perfección." Dz. 1782.
El dogma dice que Dios posee el ser divino sin principio ni fin, sin sucesión alguna, en un ahora permanente e indiviso.
Pruebas de las Escrituras:
Ps, 89,2. "Antes que los montes fueran, y fueran paridos la tierra y el orbe, eres Tu desde la eternidad a la eternidad."
Ps. 2,7. Jo. 8.58 "Antes que Abraham naciese era yo."
Especulativamente, la eternidad de Dios se demuestra por su absoluta inmutabilidad la razón última de la eternidad de Dios es su plenitud absoluta de ser que excluye toda potencialidad, y por tanto toda sucesión. S.Th. I 10, 2-3.
5.- Trinidad
"En Dios hay tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo; y cada una de ellas posee la esencia divina que es numéricamente la misma."
Concilio IV de Letrán 1215 bajo Inocencio III 1198-1216.
"Firmemente creemos y simplemente confesamos, que uno solo es el verdadero Dios, eterno, inmenso e inconmutable,
incomprensible, omnipotente e inefable, Padre, Hijo y Espíritu Santo: tres personas ciertamente, pero una sola esencia, sustancia o naturaleza absolutamente simple. El Padre no viene de nadie, el Hijo del Padre solo, y el Espíritu Santo a la vez de uno y de otro, sin comienzo, siempre y sin fin." Dz.428.
El dogma trinitario es declarado por este concilio pero el Concilio de Florencia presentó un compendio de ésta doctrina que puede considerarse como la meta final de la evolución del dogma.
Concilio de Florencia 1438-1445. Eugenio IV 1431-1447:
"Por razón de esta unidad, el Padre está todo en el Hijo, todo en el Espíritu Santo; el Hijo está todo en el Padre, todo en el Espíritu Santo; el Espíritu Santo está todo en el Padre, todo en el Hijo. Ninguno precede a otro en eternidad, o le excede en grandeza, o le sobrepuja en potestad..." Dz. 704.
Sagradas Escrituras:
En el Antiguo Testamento es velada la alusión al misterio Trinitario Gen. 1, 26. "Hagamos al hombre..." Ps. 2. 7 "Díjome Yahvé: Tu eres mi Hijo, hoy te he engendrado."
Nuevo Testamento:
"El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la virtud del Altísimo te cubrirá con su sombra, y por esto el Hijo engendrado será santo, será llamado Hijo de Dios." (Luc. 1,35) (Espíritu Santo Altísimo e Hijo del Altísimo.)
"Vio al Espíritu de Dios descender como paloma y venir sobre El, mientras una voz del cielo decía: Este es mi Hijo amado en quien tengo mis complacencias." (Mt. 3, 16 ss.)
Donde se revela claramente el misterio Trinitario es en:
"Id, pues, enseñad a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo." (Mt. 28, 19).
Así como el hombre puede con su sola razón descubrir al Dios uno. Al conocimiento de Dios Trino no puede asomarse si no es a través de la Divina Revelación.
En Dios la acción de entender, lo mismo que la de amar, se identifican con su propia esencia divina, porque su entender y su querer constituyen su mismo ser. Por eso en las dos procesiones divinas, o sea la que da origen al Hijo por vía de generación intelectual y la que da origen al Espíritu Santo por vía de amor procedente del Padre y del Hijo, no se da sucesión alguna, ni prioridad ni posteridad...son eternas con la misma eternidad de Dios.
El Padre, en efecto, viendo reflejado en su propia divina esencia a su Verbo divino, que es la Imagen perfectísima de sí mismo le ama con un amor sin límites. Y el Verbo, que es la Luz del Padre, su Pensamiento eterno, su Gloria, su Hermosura, el esplendor de todas sus perfecciones infinitas, devuelve a su Padre un amor semejante, igualmente eterno e infinito. Y al encontrarse la corriente de amor que brota del Padre con la que brota del Hijo, salta por decirlo así, un torrente de llamas que es el Espíritu; amor único, aunque es mutuo, viviente y subsistente; abrazo inefable, vínculo que consume al Padre al Hijo en la unidad del Espíritu Santo. ("Perfección cristiana". Royo Marín p. 53.
6.- TODO CUANTO EXISTE FUERA DE DIOS HA SIDO SACADO DE LA NADA POR DIOS EN CUANTO A LA TOTALIDAD DE SU SUSTANCIA.
Concilio Vaticano 1869-1870 Pío IX 1846-1877.
"...hemos determinado proclamar y declarar desde esta cátedra de Pedro... que este sólo verdadero Dios...creó de la nada a una y otra creatura, la espiritual y la corporal, esto es, la angélica y la mundana, y luego la humana, como común,
constituida de espíritu y cuerpo." Dz. 1783.
Concilio de Letrán 1215:
"...Creador de todas las cosas, de las visibles y de las invisibles, espirituales y corporales; que por su omnipotente virtud a la vez desde el principio del tiempo creó de la nada a una y otra creatura..." Dz. 428.
Pruebas de la Sagrada Escritura:
"Al principio creó Dios el cielo y la tierra." (Gen. I,1)
"Te suplico, hijo mío, que mires al cielo y a la tierra, y veas cuanto hay en ellos, y entiendas que de la nada lo hizo todo Dios." (Mac. 7, 28).
"Por la fe conocemos que los mundos han sido dispuestos por la palabra de Dios, de suerte que de lo invisible ha tenido origen lo visible." (Heb. 11. 3).
La creación del mundo de la nada no solo es una verdad fundamental de la revelación cristiana, sino que al mismo tiempo llega a alcanzarla la razón con solas sus fuerzas naturales basándose en los argumentos cosmológicos y, sobre todo, en el argumento de la contingencia.
7.- Carácter temporal del mundo.
"El mundo tuvo principio en el tiempo".
Concilio Vaticano 1869-1870. Pío IX 1846-1878.
"...hemos determinado declarar desde esta cátedra de
Pedro...desde el principio del tiempo creó de la nada." Dz. 1783.
"...Creador de todas las cosas." Dz. 428.
Pruebas de las Escrituras:
"Ahora, Tú, Padre, glorifícame cerca de Ti mismo con la gloria que tuve cerca de Ti, antes que el mundo existiera."(Jo.17.5)
"Nos eligió en El, antes de la constitución del mundo." (Ef. 1, 4).
"Desde el principio fundaste Tú la tierra". Ps. 101- 26.
La doctrina de la eternidad del mundo fue condenada. Dz. 501-503.
Contra la filosofía pagana y el materialismo moderno que suponen la eternidad del mundo, o mejor dicho, de la materia cósmica, la Iglesia enseña que el mundo no existe desde toda la eternidad, sino que tuvo principio en el tiempo.
El progreso de la física atómica permite inferir, por el proceso de desintegración de los elementos radiactivos, cual sea la edad de la tierra y del universo, probando positivamente el principio del mundo en el tiempo.
Discurso de Pío XII, 22 Noviembre 1951. Sobre la demostración de la existencia de Dios a la luz de las modernas ciencias naturales.
8.- Conservación del mundo
Dios conserva en la existencia a todas las cosas creadas.
Concilio Vaticano 1869-1870. Pío IX 1846-1877.24 Abril 1870 "La Iglesia Católica declara desde esta cátedra... Todo lo que Dios creó, con su providencia lo conserva y gobierna..." Dz. 1784
Pruebas de la Sagrada Escritura:
Sab. 11,26. "¿Y cómo podría subsistir nada si Tu no quisieras o cómo podría conservarse sin Ti?."
Jo. 5, 17. "Mi Padre sigue obrando todavía y yo también obro."
Col. 1, 17. "Todo subsiste por El."
La acción conservadora de Dios es un constante influjo causal por el que mantiene a las cosas en la existencia.
Santo Tomás define la conservación del mundo como continuación de la acción creadora de Dios.
Es conforme a la sabiduría y bondad de Dios conservar en la existencia a las creaturas, que son vestigio de las perfecciones divinas y sirven, por tanto, para dar gloria a Dios.
9.- El hombre consta de dos partes esenciales: el cuerpo material y el alma espiritual.
Concilio IV de Letrán 1215 Inocencio III 1198-1216.
"... la humana, compuesta de espíritu y de cuerpo." Dz.428
Concilio Vaticano 1869-70. Pío IX 1846-78.
"... la humana, como común, constituida de cuerpo y alma."
Dz. 1783.
Según la doctrina de la Iglesia, el cuerpo es parte esencialmente constitutiva de la naturaleza humana; y no carga y estorbo como algunos dijeron. (Platón, Originistas).
Igualmente, para defender el dogma católico contra los que decían que el hombre consta de tres partes esenciales: el cuerpo, el alma animal y el alma espiritual.
El concilio VIII de Constantinopla declaró: "... que el hombre tiene una sola alma racional e intelectiva..." Dz. 338.
El alma espiritual es principio de la vida espiritual y al mismo tiempo lo es de la vida animal (vegetativa y sensitiva). Dz.1655
Sagradas Escrituras:
"El Señor Dios formó al hombre del polvo de la tierra y sopló en su rostro el aliento de vida." Gen. II,7.
"... antes de que el polvo vuelva a la tierra de donde salió y el espíritu retorne a Dios." Eccl. 12,7.
"No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, que al alma no pueden matarla; temed más bien a aquel que puede perder el alma y el cuerpo en la gehena." (Mt. 10, 28).
Se prueba especulativamente la unicidad del alma en el hombre por testimonio de la propia conciencia, por la cual somos conscientes de que el mismo yo es principio de la actividad espiritual lo mismo que de la sensitiva y vegetativa.
10.- El pecado de Adán se propaga a todos sus descendientes por generación, no por imitación.
Concilio de Trento 1545-63. Paulo III 1534-49.
"Decreto sobre el pecado original". 17 Junio 1546.
"...Si alguno afirma que la prevaricación de Adán le dañó a él solo y no a su descendencia... Si alguno afirma que este pecado de Adán que es por su origen uno solo y transmitido a todos por propagación, no por imitación, está como propio en cada uno..." Dz. 789-90
El Tridentino condena la doctrina de que Adán perdió para sí sólo, y no también para nosotros, la justicia y santidad que había recibido de Dios. Positivamente enseña que el pecado, que es muerte del alma, se propaga de Adán a todos sus descendientes por generación no por imitación, y que es inherente a cada individuo.
"Tal pecado se borra por los méritos de la Redención de Cristo, los cuales se aplican ordinariamente tanto a los adultos como a los niños por medio del sacramento del bautismo. Por eso, aún los niños recién nacidos reciben el bautismo para remisión de los pecados." Dz. 791.
Sagrada Escritura:
"He aquí que nací en culpa y en pecado me concibió mi madre." Ps. 50,7.
"Así pues, por un hombre entró el pecado en el mundo... así la muerte pasó a todos los hombres... por la obediencia de uno muchos serán hechos justos." Rom. 5, 12-21.
El efecto del bautismo, según la doctrina del Concilio de Trento, es borrar realmente el pecado en nosotros y no lograr tan solo que no se nos impute una culpa extraña. Dz. 792.
11.- Jesucristo es verdadero Dios e hijo de Dios por esencia.
Símbolo "Quicumque" del Concilio de Toledo año 400-447.
"Es necesario para la eterna salvación creer también fielmente en la encarnación de nuestro Señor Jesucristo, Hijo de Dios, es Dios y hombre. Es Dios engendrado de la sustancia del Padre antes de los siglos... Dz. 40.
El dogma dice que Jesucristo posee la infinita naturaleza Divina con todas sus infinitas perfecciones por haber sido engendrado eternamente por Dios.
Sagradas Escrituras:
Títulos que aluden a la dignidad Divina del Mesías:
Emmanuel. Dios con nosotros Is. 7, 14; 8,8. Admirable consejero. Varón fuerte. Padre del siglo futuro. Príncipe de la Paz. Is.9,6.
"Tu eres mi Hijo amado, en Ti tengo puestas mis complacencias." Bautismo, Jordán. Mt. 23, 17.
"Este es mi Hijo amado, escuchadle". Tabor. Mt. 17,5.
"...No sabías que yo debo emplearme en las cosas que miran al servicio de mi Padre." Luc. 2, 49.
"Todas las cosas las ha puesto el Padre en mis manos y nadie conoce al Hijo sino el Padre; ni conoce ninguno al Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo quisiere revelarlo." Mt. 11, 27.
Jesús equipara su conocimiento al conocimiento divino del Padre, porque posee en común con el Padre la sustancia Divina.
Los milagros son otra prueba de la divinidad de Cristo.
"Las obras que hago en nombre de mi Padre dan testimonio de mi." Jo. 10, 25.
12.-Las dos naturalezas de Cristo, después de su misión poseyendo integro su modo propio de ser sin transformarse o mezclarse
San León I el Magno 440-461
Epístola dogmática, del 13 de Junio de 449.
Quedando pues, a salvo la propiedad de una y otra naturaleza... naturaleza íntegra y perfecta de verdadero hombre, nació Dios verdadero, entero en lo suyo, entero en lo nuestro. Dz. 143 ss.
Concilio de Calcedonia 451 IV ecuménico
... Nuestro Señor Jesucristo el mismo perfecto en la divinidad y el mismo perfecto en la humanidad... que se ha de reconocer en dos naturalezas: sin confusión, sin cambio, sin división sin separación, en modo alguno borrada la diferencia de naturaleza por causa de la unión, conservando cada naturaleza su propiedad y concurriendo en una sola persona. Dz. 148
Todo esto indica que Cristo es poseedor de una íntegra naturaleza divina y de una íntegra naturaleza humana: la prueba está en los milagros y en el padecimiento.
Sagradas Escrituras:
"Y la Palabra se hizo carne." Jn. 1, 14
"El cual, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios. Sino que se despojó de sí mismo tomando condición de siervo haciéndose semejante a los hombres y apareciendo en su porte como hombre." Fil. 2, 6-7.
13.-Cada una de las dos naturalezas en Cristo posee una propia voluntad física y una propia operación física.
III Concilio de Constantinopla 680-681
San Agatón 678-681.
"Proclamamos igualmente, conforme a la enseñanza de los Santos Padres, que en El hay también dos voluntades físicas, y dos operaciones físicas indivisamente, incorventiblemente, inseparablemente, inconfusamente. Y estas dos voluntades físicas no se oponen a la otra como afirman los impíos herejes." Dz. 291. ef. Dz. 263-288.
Sagradas Escrituras:
"No como Yo quiero, sino como Tu quieres." Mt. 26,39.
"No se haga mi voluntad sino la tuya." Lc. 22, 42.
"He descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado." Jn. 6, 38.
"Nadie me la quita: yo la doy voluntariamente. Tengo poder para darla y poder recobrarla de nuevo." Jn. 10, 18
A pesar de la dualidad física de las dos voluntades, existió y existe unidad moral, porque la voluntad humana de Cristo se conforma con libre subordinación, de manera perfectísima, a la voluntad Divina.
14.- Jesucristo aun como hombre, es hijo natural de Dios.
Concilio de Trento 1545-1563, Sesión IV 13 de Enero 1547
Paulo III 1534-1549.
...El Padre celestial... cuando llegó la plenitud envió a los hombres a su Hijo Cristo Jesús... Dz.794, 299, 309.
Sagradas Escrituras:
"Dios no perdonó a su propio Hijo, antes le entregó por todos nosotros." Rom. 8, 32.
"Tanto amó Dios al mundo que le dio a Su Hijo unigénito."
"Y una voz que salía de los cielos decía: "Este es mi Hijo amado, en quien me complazco." Mt. 3, 17.
"Y la palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros, y hemos contemplado su gloria, gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y verdad." Jn. I, 14.
Los Santos Padres siempre rechazaron la doctrina de la doble filiación en Cristo.
El sentido del dogma es: La persona que subsiste en la naturaleza humana, (de Cristo) es el Hijo natural de Dios. La filiación es propiedad de la persona, no de la naturaleza.
En Cristo no hay más que una persona que procede del Padre por generación eterna, por lo mismo en Cristo no puede haber más que una filiación de Dios: la natural.
15.- El hombre caído no podía redimirse a sí mismo
Concilio de Trento 1545-1563 Paulo III 1534-1549
El concilio enseña que los hombres caídos
"eran de tal forma esclavos del pecado y se hallaban bajo la servidumbre del demonio y de la muerte, que ni los gentiles podían librarse ni levantarse con la fuerza de la naturaleza, ni los judíos podían hacerlo tampoco con la letra de la ley mosaica." Dz. 793.
Concilio Vaticano II decreto "Ad gentes" n. 8. Solamente un acto libre por parte del amor divino podía restaurar el orden sobrenatural, destruido por el pecado.
Se opone a la doctrina católica el pelagianismo, según el cual el hombre tiene en su libre voluntad el poder de redimirse a sí mismo, y es contrario también al dogma católico el moderno racionalismo, con sus diversas teorías de "autorredención".
Sagradas Escrituras:
"Pues todos pecaron y todos están privados de la gloria de Dios (gracia de justificación); y ahora son justificados gratuitamente por su gracia, por la redención de Cristo Jesús.
El pecado en cuanto a la acción de la creatura es finito, en cuanto a la ofensa a Dios infinito, por tanto exige una satisfacción de valor infinito.
16.- Cristo se inmola a si mismo en la cruz como verdadero y propio sacrificio
Concilio de Trento 1545-1563 Pío IV 1559-1565 17 Sep. 1562.
El sacrosanto concilio...enseña, declara, manda, que en la Misa se contiene e incruentamente se inmola aquel mismo Cristo que una sola vez se ofreció El mismo cruentamente en el altar de la cruz"
Dz. 940-122-951.
Sagradas Escrituras:
"He aquí el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo." Jn. 1, 29.
"Cristo nos amó y se entregó por nosotros en oblación y sacrificio a Dios." Ef. 5, 2.
"Porque nuestro Cordero Pascual Cristo ya ha sido inmolado." Rom. 3, 25.
"Cristo se ofreció una vez como sacrificio para quitar los pecados del mundo." Heb. 9, 28.
El adversario de este dogma es el "racionalismo". Dz. 2038.
Cristo cuando instituyó la Sagrada Eucaristía recordó el sacrificio de su muerte.
"Este es mi cuerpo que será entregado por vosotros." Lc. 22, 19.
Cristo, en cuanto a su naturaleza humana, era al mismo tiempo sacerdote y ofrenda. En cuanto a su naturaleza Divina, juntamente con el Padre y el Espíritu Santo, era el que recibía el sacrificio.
17.- Cristo nos rescató y reconcilió con Dios por medio del sacrificio de su muerte en la cruz.
Concilio de Trento 1545-1563 Pío IV 1559-1565
"El concilio... "por ilustración del Espíritu Santo, enseña, declara y manda... Este Dios y Señor Nuestro Jesucristo quiso ofrecerse a sí mismo a Dios Padre como sacrificio presentado sobre el ara de la cruz en su muerte, para conseguir para ellos el eterno rescate." Dz. 938.
"...que nos reconcilió con Dios por medio de su sangre haciéndose por nosotros justicia, santidad y redención." Dz. 790.
Sagradas Escrituras:
"Precio del rescate por muchos" Mt. 20,28
"El cual se dio a sí mismo en precio del rescate" 1 Tim.2,6
"Son justificados por su gracia" Rom. 3,24.
"El se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad." 1 Tim. 2,14.
"Esta es mi sangre del Testamento que se derrama por muchos para remisión de los pecados." Mt. 26, 28.
San Pablo atribuye a la muerte de Cristo la reconciliación de los pecadores con Dios, es decir, la restauración de la antigua relación de hijos y amigos con Dios. Rom. 5, 10.
18.- Al tercer día después de su muerte, Cristo resucita glorioso de entre los muertos.
XI Concilio de Toledo 675 Adrodato 672-676.
“...al tercer día, resucitado por su propia virtud, se levantó del sepulcro.” Dz. 286.
La razón de ello fue la unión hipostática. La causa principal de la resurrección fue el logos en común con el Padre y el Espíritu Santo; fueron causa instrumental las partes de la humanidad de Cristo unidas hipostáticamente con la Divinidad, es decir: el alma y el cuerpo.
Es negada la resurrección de Cristo por todas las formas de racionalismo, antiguo y moderno. Condenó Pío X. Dz. 2036.
Sagradas Escrituras:
No dejarás tu mi alma en el infierno, no dejarás que tu justo experimente la corrupción.” Dz. 1510.
Cristo lo predijo:
“Porque de la misma manera que Jonás estuvo en el vientre del cetáceo tres días y tres noches, así también el Hijo del hombre estará en el seno de la tierra tres días y tres noches.” Mt. 12, 40.
“Los apóstoles daban testimonio con gran poder de la resurrección del Señor Jesús.” Hech. 4, 33.
Desde el punto de vista apologético: la Resurrección es el argumento más decisivo sobre la verdad de las enseñanzas de Nuestro Señor:
“Y si no resucitó Cristo, vacía es nuestra predicación, vacía también vuestra fe.” 1 Cor. 15, 14.
19.- Cristo subió en cuerpo y alma a los cielos y esta sentado a la diestra de Dios Padre.
Inocencio III 1198-1216 IV Concilio de Letrán 1215.
“Fielmente creemos y simplemente confesamos resucitó de entre los muertos y subió al cielo en cuerpo y alma, Dz.429.
Todos los símbolos de la fe confiesan, de acuerdo con el símbolo apostólico: “subió a los cielos y está sentado a la diestra de Dios Padre”.
Cristo subió a los cielos por su propia virtud.
Es contrario a este dogma el racionalismo. El testimonio claro de esta verdad en la época apostólica no deja espacio de tiempo suficiente para la formación de leyendas.
Sagradas Escrituras:
Cristo la había predicho: “El espíritu es el que da vida: la carne no sirve para nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y son vida.” Jn. 6,63; 14,2, 16,28.
La realizó delante de testigos: “Con esto, el Señor Jesús, después de hablarles, fue elevado al cielo y se sentó a la diestra de Dios.” Mc. 16,19; Lc. 24,51.
Importancia:
En el aspecto cristológico es la elevación definitiva de la naturaleza de Cristo.
En el aspecto sotereológico, es la coronación final de toda la obra redentora.
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